miércoles, 16 de febrero de 2011

cine Suizo

Chana Delgado Borrero
Macarena Sánchez Márquez

Suiza no posee una gran industria del cine. La producción cinematográfica suiza es muy dependiente de fondos estatales, como es el caso en muchos otros países pequeños en Europa. Sea como sea, la cinematografía suiza no dispone de fuentes de inversión suficientes como para alimentar una industria competitiva al nivel de las grandes productoras europeas.
Los filmes suizos no son muy conocidos en el mundo, aparte quizás de un puñado de cineastas expertos. Pero ¿qué es lo que define una película suiza como tal? ¿Da igual si se trata de una producción Hollywood, realizada por un director suizo, o si se trata de una película con actores y realizadores suizos, rodada en Suiza?
En los años 70, directores de la Suiza francófona, como Alain Tanner y Jean-Luc Godars, hicieron una labor pionera al llamar por primera vez la atención de Occidente sobre el cine suizo. Godard, hijo de una familia suiza asentada en París, pasó los primeros años de su infancia en territorio suizo, pero regresó a Francia, donde pudo realizar mejor su carrera cineasta porque pudo disfrutar de la larga tradición cinematográfica de la Grande Nation. Sin embargo, otros directores de cine, como Rolf Lyssy, Daniel Schmid, Fredy Murer o Yves Yersin, tomaron como punto de arranque para sus realizaciones la realidad de la vida social en Suiza.
La película suiza más popular de todos los tiempos es un film de R. Lyssy del año 1978 con el título «Die Schweizermacher» (Los nacionalizadores). Se trata de una comedia satírica que se la toma con los procedimientos discriminatorios y partidarios de la naturalización en Suiza. «Beresina, or the Last Days of Switzerland» (Beresina o los últimos días de Suiza) del director D. Schmid, que se estrenó en 1999, es otra comedia negra, que tuvo bastante éxito incluso al otro lado de las fronteras nacionales.
Una de las producciones más famosas de F. Murer lleva el título «Höhenfeuer» (Hogueras alpinas) y trata el tema del incesto en una remota población alpina. «Les Petites Fugues» (Las avenas salvajes) de Yersin, editada en 1979, fue valorada como mejor película suiza de todos los tiempos por el dictamen de una comisión de expertos del periódico nacional SonntagsZeitung en 2001. El film cuenta la historia de un labrador, que se compra una motocicleta y emprende con ella un viaje para explorar el mundo, descubriendo con el tiempo los secretos de su propia existencia.
La película «Journey of Hope» (Viaje de la esperanza), dirigida por Xavier Koller, ganó en 1991 el Óscar para la mejor película en lengua extranjera en las entregas de premios en Los Ángeles. El film narra la crónica de la fuga espectacular de una familia kurda en busca de una vida más tranquila y sin preocupaciones en Suiza.

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